martes, 20 de septiembre de 2011

Casualidades II

Andando por una calle que no es la mía
buscando respuestas mientras ando, mientras fumo
en un día real y de intentos
habiendo cerrado el libro
releído una y mil veces
volando, por fin, mis pensamientos
sintiéndome libre de todo, viva, tranquila
habiendo llegado al otro lado, a otra orilla
nadando en otros intentos y posibilidades
Las casualidades hacen que vuelva
hacen que me pare en seco
hacen que me vuelva blanca, más blanca aún
con más ojeras, más ansiedad, más loca si cabe y más caótica.
El destino, ése en el que no creo, se ríe de mí
una vez más, como antes de ayer
cuando agaché la cabeza y giré la esquina de la racionalidad
con una gotera que sigue hasta hoy
hasta que mañana por fin, la arreglen o... pasado mañana.
Y me vuelvo a sentir con el peso del ayer sobre los hombros
encontrándome de nuevo con mi propia enemiga
con una gota cayendo sobre mi cabeza marcando el paso del tiempo
haciendo de cronómetro desde que te alejaste
de metrónomo de la banda sonora que me dejaste
produciendo un mejunje en mi cabeza
espeso, maloliente y sinsentido
revolviéndolo con cada pensamiento
con cada canción que escucho
con cada letra que escribo
mezclándose con cada lágrima que derramo.
Y ya que por fin, pongo un cubo
para que la gota caiga y no, ya no más sobre mi cabeza
sigo escuchando el segundero
del reloj que dejaste en mi mesita de noche
de los latidos de mi corazón cuando te veo
del compás que marcan mis pasos cuando me alejo
y de los pensamientos que golpean mi cerebro cada noche
como el agua sucia que cae sobre el cacharro cuando está lloviendo.