miércoles, 27 de julio de 2011

ME PASA...



Me pasa que quiero tener libertad a la hora de verte, de elegir estar contigo o irme o que te vayas, libertad para dormir o despertarme a tu lado y que nada importe. Libertad para besarte por la calle si me apetece y libertad para decirte lo que siento y no tener que rivalizar con nadie.
Me pasa que no quiero tener esta impotencia, impotencia de que las cosas, las decisiones no dependan de mí si no de otra persona que está a ratos conmigo, siempre con otra.
Me pasa que quiero acostarme contigo y no pensar que vas a salir corriendo o si te acuestas por la noche con ella y le haces el amor como a mí y si siente lo mismo.
Me pasa que siento demasiado para huir, para quedarme, para decirte que me encantas, que tengo miedo que un día no vuelvas porque hayas decidido sin mí, por ella.
Me pasa que tengo miedo de estar y que te aburras porque te guste el morbo y miedo de no estar y que sea fácil tu elección.
Me pasa que hace años que no siento lo que siento contigo y que no sé gestionarlo, administrarlo.
Me pasa que no sé si merece la pena luchar porque no te veo del todo, porque te veo a medias.
Me pasa que si la dejas no sé si querré estar o me agobiaré como siempre, como antes, como con él o como con otros.
Me pasa que quiero tener la oportunidad de elegir, que yo sea la que elija, la que decida luchar si merece la pena, si te veo en la totalidad, en el tú, en el yo, en el nosotros.
Me pasa que creo en el amor, pese a todo, pese a todas, en las relaciones aunque no sea capaz de dar pasos, de actuar como es, de actuar como creo y me lleve la pasión, la impulsividad, las ganas.
Tomé la decisión de huir y ahora sigo sin querer pensar, pero tengo que hacerlo y no puedo, no tengo ganas porque sé lo que siento, lo que espero, lo que ansío, lo que me remueve por dentro. 
Me pasa que me estoy empezando a enamorar como nunca, como antes, hace mucho tiempo, hace tanto que me da miedo. La vulnerabilidad, el sentirme a veces transparente y sentirte a ti opaco.
Me pasa que quiero estar pero que quizás necesite huir de verdad, del todo.
Me pasan tantas cosas por la cabeza que ya ni siquiera puedo expresarlo con palabras porque no sé dónde estoy y menos sé dónde estás tú en todo esto.
Me pasa que no sé de ti y que no me permito hacer nada para saber, porque no quiero que juegues, porque no quiero jugar, porque no me sé las reglas, porque sólo quiero ver el final, las cartas sobre la mesa. Ésas que siempre pongo yo y que hacen que gane siempre la banca o tú y yo sea la única perjudicada, la que se queda con los bolsillos vacíos de gestos, de caricias, de ganas…
Me pasa que te has ido, por fin, por mal y que ni siquiera te has despedido…
Me pasa que ando como loca, mirando el móvil, el correo, la puerta, porque no me creo que la gente huya y se esfume porque sí, cuando yo siento, cuando yo apuesto, cuando yo pierdo, cuando yo me implico…
Me pasa, simplemente que no estás y que me tengo que acostumbrar a que las historias terminen sin ni siquiera empezar, sin explicaciones, sin llamadas, sin apostar.
Me pasa que ya no me pasa, que no me pasará, que no me voy a permitir pasar, pasar por todo esto para quedarme, así, pasando de todo, menos de ti, PASAR.

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